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lunes, marzo 22, 2010

Rostros de Circomper: María Alejandra Castro


A continuación un breve retrato hablado de María Alejandra Castro

1. ¿Cómo te iniciaste en la música? ¿Por qué elegiste convertirte en compositor?

Provengo de una familia muy poco musical, a pesar de que una tía muy querida fue pianista. Ella me sentaba al piano y tocaba y cantaba conmigo, desde pequeñita. Yo creo que aquellas tardes, sentada al piano, me dejaron mucho sentido y oído para la música. De niña hasta mis 20 seguí clases de piano. A pesar de que me encantaba la música y el piano, no tenia nunca la idea de volverme pianista. Pero si quería crear obras. Hasta quise ser directora de teatro. Desde mis 17 comencé a crear musicalmente, es decir, tocando mis propias improvisaciones. Hasta mis 20 años no sabia que existía un estudio de composición. Pero cuando supe, y escuche la música de Boulez, Messiaen, Stockhausen, Cage, en fin ‘los grandes’ supe que esa música era la que quería escribir, escuchar y vivir.

Si elegí por ser compositora?... Lo que me acuerdo es que quise saber como escribir música, como dominar ese lenguaje y poder expresarme en ello. Y, sin querer queriendo, me volví compositora.

2. ¿Qué compositores admiras y/o te han influenciado?

Messiaen (piezas de órgano, Harawi, pero casi todo de el..), Ligeti (concierto de piano y violín, unas de mis favoritas, pero también su Grand macabre, increíble como su música comunica de manera teatral sin volverse pictórica; y sus estudios de piano…!!), Boulez en sus piezas de los 50-60 (definitivamente Le marteau sans maitre, Rituel), Berio (Circles, Linea, Sinfonia, Laborintus II, etc). Pero también Gubaidulina- una de las pocas mujeres en esta historia escrita mayormente por hombres. Unas de sus primeras piezas que me fascinaron es para 2 fagotes. Maravillosa! Es un Bach contemporáneo. Pero, también me encanta escuchar a nuestra Chabuca, y me sorprendo y me fascina y la envidio, como los músicos que la acompañan, y quisiera cantar y tocar el cajón como ellos.

3. ¿Cómo describirías tus composiciones? ¿Cuáles son las características de tu lenguaje compositivo?


Esta es la pregunta mas difícil. Creo que mis piezas pueden ser muy diversas, y mi lenguaje es la diversidad. Y me gusta. Pero, mi manera de trabajar es casi siempre la misma, y eso hace que habrán muchos puntos en común. Se manifiestan en melodías, secuencias en la armonía, ciertos gestos y curvas de tensión relativamente cortas. Últimamente estoy explorando mas el pulso, mientras hace 7 años componía mas en texturas. Pero todo puede cambiar ;-)

4. ¿Qué es más importante para ti al componer: la emoción o la técnica?

En general no hablo en términos de emoción. Pero en términos de atmósferas o expresión. ‘Emoción’ me suena demasiado subjetivo, y en el proceso de composición trato de ser lo mas objetiva que pueda, para no perderme. Esto no significa que compongo intuitivamente, pero trato de lograra lo que me propuse. La técnica es, y cito mi profesor Klaas de Vries, el resultado de la expresión. Cuando la expresión esta clara, la técnica resulta naturalmente desde ella. Allí esta la búsqueda.

5. ¿En qué obra(s) estás trabajando actualmente?

Una pieza de órgano (marzo 2011) y una obra para música teatro (nov 2010)

6. ¿Cual crees que es el papel de los compositores en nuestra sociedad?

Yo creo que cada uno crea su función. Pero idealmente, claro, el compositor debería estar con dos piernas en la sociedad. A pesar de que el proceso de componer requiere también que puedas meterte en tu cueva, pues si no, para la mayoría de nosotros, no pasa nada.
Lo que yo noto, acá en Holanda, donde la música clásica contemporánea es relativamente activa y con un publico pequeño pero estable, es que aun, ‘la gente’ piensa en compositores como personas que ya murieron hace 200 años. Es una gran sorpresa que esos fósiles todavía existen y crean música clásica contemporánea. Creo que eso podría cambiar, podríamos exponernos más, explicar sobre nuestra música más. Hablar sobre música es contradictorio, pero en nuestro sector sumamente importante.

7. ¿Cual crees que es el futuro de nuestra música?

Yo creo que siempre habrá música de compositores/ músicos que buscan un lenguaje propio, en todos los géneros..

sábado, marzo 29, 2008

Rostros de Circomper: Theo Tupayachi


A continuación un breve retrato hablado de Theo Tupayachi.

1. ¿Cómo te iniciaste en la música? ¿Por qué elegiste convertirte en compositor?

Cuando era niño jugaba a ser músico, es así que no elegí ser compositor, elegí ser músico.

2. ¿Qué compositores admiras y/o te han influenciado?

Admiro a casi todos, pero espero no estar influenciado por ninguno.

3. ¿Cómo describirías tus composiciones? ¿Cuáles son las características de tu lenguaje composicional?

La única característica es “la búsqueda”.

4. ¿Qué es más importante para ti al componer: la emoción o la técnica?

La emoción, solo la emoción...

5. ¿En qué obra(s) estás trabajando actualmente?

Más bien estoy investigando.

6. ¿Cual crees que es el papel de los compositores en nuestra sociedad?

Lo único importante es crear belleza…

7. ¿Cual crees que es el futuro de nuestra música?

No se, pero tiene algo que ver con los avances de la física moderna, la teoría de las múltiples dimensiones y los ordenadores cuánticos y neuroelectrónicos basados en el ADN.

domingo, febrero 03, 2008

Rostros de Circomper: Sadiel Cuentas

1. ¿Cómo te iniciaste en la música? ¿Por qué elegiste convertirte en compositor?

Empecé en la música a los 15 años, después de ver tocar la guitarra acústica a un par de compañeros del colegio. Hasta ese entonces yo había querido ser cineasta o novelista. Me quedé fascinado de ver cómo tocaban mis compañeros la guitarra, y me puse a aprender inmediatamente gracias a mi gran amigo Alvaro Torres que me prestó una guitarra y me enseñó algunos acordes.

Al terminar el colegio mi sueño era ir a la escuela Berklee en Estados Unidos y estudiar guitarra eléctrica. Estuve tocando en algunos grupos, pero no tenía la menor idea de cómo alcanzar mi meta. Después de un par de años, como para prepararme, empecé a estudiar guitarra clásica. Mi profesor, Jorge Caballero (padre) era muy bueno haciendo arreglos, lo cual me interesó, y le pregunté si podría enseñarme. Él me contactó con Enrique Iturriaga, con quien empecé a estudiar contrapunto y armonía, y gracias a Enrique pude empezar a aprender cómo piensa un compositor. Finalmente ingresé al Conservatorio Nacional de Música en 1995.

Elegí ser compositor porque me apasionaba (me apasiona) la creación. Supongo que es además parte de una necesidad emocional de expresarme. A lo largo de mi formación como compositor he venido descubriendo muchas cosas nuevas que me hacen interesarme más por este oficio, y que creo que definen más mi perfil dentro de esta profesión. Una de ellas es el descubrimiento de los paralelos que existen entre la narración y el discurso musical. Otra muy importante es el reciente, y un poco tonto descubrimiento de que no dependo de la aprobación de nadie para escribir música. Puedo escribir lo que me venga en gana.

2. ¿Qué compositores admiras y/o te han influenciado?

Creo que mis principales influencias son Los Beatles, Pink Floyd (o más bien David Gilmour, el guitarrista), Bach, Beethoven y Lutoslawski. Recientemente he descubierto que mi escritura melódica está influenciada por la música blues, con su constante presencia de acordes de septima de dominante y los giros melódicos que eso ocasiona. Algo de eso tambien hay en Bach.

Beethoven en realidad no me gusta tanto como otros compositores, pero he dedicado bastante tiempo a estudiar sus sinfonías y sus sonatas para piano, y he aprendido una inmensidad de cosas de él, sobre todo gracias al enfoque a la hora de hacer los análisis que aprendí de Dante Valdez.

A Lutoslawski casi me he dedicado a copiarlo. Me interesaba mucho lo expresivo de su lenguaje, al mismo tiempo que estaba intrigado por entender cómo era que organizaba sú música, qué era lo que la ponía en movimiento. Estudié sus partituras para entender cómo funcionaba eso de la "forma cadena", y cuando aprendí la técnica empecé a aplicarla a mis trabajos. También he imitado de Lutoslawski su trabajo en base a pequeños motivos. He dejado de lado su trabajo por intervalos, y su técnica armónica. En el trabajo de mótivos imito más bien a Bach, y en el terreno armónico estoy cada vez haciendo un uso más general de los acordes que suelen encontrarse en la música jazz, además de usar clusters cromáticos.

Además tengo que mencionar que desde el año 1999 tengo el privilegio de trabajar junto a Carlos Espinoza y Hugo Alcazar, que son dos de los más grandes música de jazz de nuestro país, y de los cuales aprendo montones de cosas cada día. Seguramente por ese lado viene el interés en el lenguaje armónico del jazz.

3. ¿Cómo describirías tus composiciones? ¿Cuáles son las características de tu lenguaje composicional?

Ya he mencionado bastante de eso en el párrafo anterior. Sólo quisiera agregar que en este momento estoy experimentando con técnicas pantonales y con mezclas de formas clásicas con la técnica de la forma cadena. Concretamente, acabo de terminar el segundo trabajo en el cual he combinado la forma sonata con la forma cadena, haciendo además uso de las características armónicas de la forma sonata, es decir, basando la estructura y el discurso de la música en la estructura armónica clásica de la forma sónata.

4. ¿Qué es más importante para ti al componer: la emoción o la técnica?

Para mí lo más importante es la técnica. Pero no porque la considere lo más importante en los resultados, sino porque doy la emoción por sentado. Creo que todos los seres humanos sentimos emociones de la misma profundidad y belleza. Necesitamos el entrenamiento y la técnica para poder materializar estas emociones en un producto musical.

5. ¿En qué obra(s) estás trabajando actualmente?

Estoy trabajando en una sonata para violoncello y piano y un par de canciones para orquesta de camara y mezzo soprano, sobre textos que yo mismo escribí. No textos medio malotes, pero es una gran satisfacción para mí ponerles música.

6. ¿Cual crees que es el papel de los compositores en nuestra sociedad?

En realidad, creo que es el mismo rol que propondría para todos los oficios. Satisfacer las demandas del mercado, abrir nuevos mercados para diversificar nuestra cultura, contribuir al flujo libre de la información para todos los seres humanos por igual.

Con satisfacer las demandas del mercado me refiero a que, siendo nuestra sociedad una gran consumidora de música, hay una gran oferta de trabajo que se corresponde con la demanda por determinados servicios. Por ejemplo, hay necesidad de compositores, arreglistas, productores, instrumentistas y profesores de música. Los compositores podemos hacer nuestra contribución en todos esos campos.

Cuando hablo de diversificar el mercado me refiero al hecho de que, según mi percepción, el mercado musical peruano en cuanto a diversidad de géneros se refiere es muy pequeño. Esto empobrece la cantidad de información musical que circula en nuestra sociedad, y con ello creo que se recortan nuestras posibilidades creativas en general. Creo que la creatividad es la habilidad de juntar piezas de información de una manera novedosa. A menor cantidad de piezas de información en el ambiente menos posibilidades de combinaciones nuevas. En mi opinión, vivimos en un mundo en el amanecer de la economía de la información, y creo que la excesiva homogeniedad del mercado musical no juega a nuestro favor en este nuevo mundo.

Cuando hablo de una contribución al libre flujo de la información hablo en realidad de algo que considero es rol de todas las personas en nuestra sociedad. La información genera riqueza material. La información, cuando fluye en la sociedad y la sociedad tiene la oportunidad de responder a ella, en ese caso la información genera más información y mayor riqueza. La información en el Perú fluye, pero de manera limitada. Sólo una minoría tiene acceso a la infraestructura necesaria, y la mayoría de la información relevante esté en inglés. Creo que si queremos entrar al mundo de la economía de la información, tenemos que solucionar estas condiciones. Al Estado le corresponde crear la infraestructura (con proyectos como la OLPC, por ejemplo), pero a nosotros, la población, nos corresponde hacer contribuciones para que la información verdaderamente fluya en toda nuestra sociedad. Cada profesional puede contribuir en su propio campo.

7. ¿Cual crees que es el futuro de nuestra música?

En este momento hay una gran cantidad de compositores jóvenes, que están escribiendo un cuerpo de obras verdaderamente impresionante. Creo que el futuro inmediato es trabajar para que todas esas obras, sin excepción alguna, sean estrenadas, grabadas en video y subidas al internet.

En el mediano plazo creo honestamente que las condiciones de trabajo van a mejorar mucho para todos nosotros. Ya se puede apreciar una clara mejora en comparación a la década de los 80s, por ejemplo. Creo que hay un gran potencial en el internet, pues nos puede permitir acceder a mercados internacionales. Esto puede ser especialmente interesante sobre todo por el lado de ofrecer servicios.

En el largo plazo... En el largo plazo creo que el mundo va a estar en constante cambio, y creo que tenemos que ser muy flexibles no sólo para poder seguir siendo relevantes a la sociedad, sino también para poder seguir conectados con el mundo a nuestro alrededor y no terminar ostracizados. Creo que los compositores de música clásica contemporánea, por lo menos hasta donde he podido apreciar, tenemos la tendencia a ser un tanto conservadores. En las siguientes décadas vamos a ver cambios tecnológicos y sociales sorprendentes, y en un escenario extremo podríamos ser testigos del momento en que el compositor sea reemplazado en la gran mayoría de sus funciones por las computadoras. Bueno o malo, no hay marcha atrás. Creo que hay que estar preparado para ser muy, muy flexible en todo sentido.

lunes, noviembre 12, 2007

Rostros de Circomper: Fernando Fernández

A continuación un breve retrato hablado de Fernando Fernández

1. ¿Cómo te iniciaste en la música? ¿Por qué elegiste convertiste en compositor?


Me inicie en la música a relativamente temprano a los 8 años (creo, la verdad no recuerdo bien) en el conservatorio de Trujillo, mi padre es músico y empezó a enseñarme los elementos musicales básicos anteriormente; empecé estudiando clarinete, después la trompeta en lo que se denomina Formación temprana y en superior empecé a estudiar Composición.

Creo que uno no elige ser “compositor” como tampoco elige dedicarse a cualquier otra actividad intelectual o cultural, hay un impulso que nos obliga a desarrollarnos en determinada área, el problema principal es determinar que condiciones/características tenemos y encontrar la forma adecuada para desarrollarlas.

2. ¿Qué compositores admiras y/o te han influenciado?
Todos los compositores denominados históricos –por el acceso a la información con que contamos, habría que considerar que todo creador, conocido o desconocido ha realizado aportes que)-han ido desarrollando un camino para después cada generación encontrar nuevas formas de continuar estos caminos, Ginastera fue uno de los compositores que en mis primeros estudios cuales encontré elementos que me interesaban por su sonoridad, efecto, así como el empleo de algunos recursos musicales.

Más que influencia o admiración está el hecho de haber mostrado distintas posibilidades de abordar el material sonoro.

3. ¿Cómo describirías tus composiciones? ¿Cuáles son las características de tu lenguaje composicional?

Una búsqueda para lograr trasmitir determinados planteamientos estéticos-en realidad es muy complicado y difícil describir la naturaleza de mis composiciones y lenguaje- en todo caso, en algunos trabajos intento utilizar desde la contemporaneidad algunos elementos de nuestra música folklórica bajo distintos tratamientos tonal, atonal. Creo que las explicaciones extramusicales no le hacen justicia-o la sobrevaloran o la subvaloran- a la real naturaleza de la música.

4. ¿Qué es más importante para ti al componer: la emoción o la técnica?
Emoción y técnica o técnica y emoción son partes complementarias, nunca excluyentes del proceso compositivo.

5. ¿En qué obra(s) estás trabajando actualmente?
Ahora estoy revisando un ciclo de obras para instrumento solista (Cuerdas)-(Maderas)/dúo de guitarras-prefiero usar esta denominación por una cuestión de organización-

Y desarrollando un par de trabajos para Voz/Piano uno con texto de Girondo y otro de Coyné

6. ¿Cual crees que es el papel de los compositores en nuestra sociedad?
El papel es aún poco significativo para los diversos estamentos sociales, empezando desde los gobernantes hasta los ciudadanos de a pie; sin embargo, debería ser considerados como profesionales que aportan y enriquecen la capacidad perceptiva de una forma(s), distinta (s) de ver la realidad, abrir puertas a las diversas e innumerables posibilidades sensoriales y con ello una posibilidad de una mejor calidad de vida.

7. ¿Cual crees que es el futuro de nuestra música?
En tiempos de globalización, si hacemos escuchar nuestras voces de manera contundente, la música nuestra con características propias encontrará espacios para mostrar un sinnúmero de posibilidades que integrarán nuestros planteamientos estéticos, estilísticas y pueden ser utilizados como en su momento se hizo con la música de occidente y posteriormente con algunos elementos de la exótica-en su momento-música de oriente. Cito a Robert Hughes “local, pero no provinciano. La angustia de ser provincial y periférico es que estás condenado por el centro a no ser capaz de juzgar tu propio trabajo. Cuando aceptas el juicio del centro sin tener el tuyo, entonces además de provincial eres provinciano. Sed localista y seréis universales”

sábado, mayo 06, 2006

Rostros de Circomper: Rajmil Fishman

A continuación un breve retrato hablado de Rajmil Fishman.

1.¿Cómo te iniciaste en la música? ¿Por qué elegiste convertirte en compositor?

Mi iniciación oficial en la música comenzó a una edad muy temprana, cuando empecé a tomar clases de piano. Después de unos años entré al Conservatorio Nacional de Música. Estudié piano con Antonieta Frayman, Yvonne Mejía de Döringer, Margarita Chirif, Amalia Vásquez, Luisa Negri y el Prof. Cervansky. También estudié guitarra por un corto tiempo con Salvador de las Casas. Entre los maestros del conservatorio que recuerdo con cariño está Edelmi Chávez. También recuerdo la influencia del maestro Manuel Cuadros Barr en los años escolares.

Cuando llegué a la adolescencia, abandoné la música y al concluir mis estudios secundarios entré a la Universidad Nacional de Ingeniería. Luego transferí al Instituto de Tecnología de Israel, donde me recibí en Ingeniería Electrónica. No obstante, ya en esa época decidí regresar a la música y dedicarme a ella como vocación. Aunque corro el riesgo de romantizar esta decisión, debo admitir la influencia de ‘Juán Cristobal’, el libro maravilloso de Romain Roland, que me regaló un buen amigo, y la música de Beethoven (especialmente el concierto para piano No. 5, cuya ‘aparición’ en la radio me dio el empuje final). Entonces decidí volver a los estudios musicales en la universidad de Tel Aviv, y más tarde en la universidad de York, Reino Unido. Mi educación técnica me inclinó a explorar el mundo electroacústico, del que terminé enamorándome. Considero la electroacústica un complemento natural del mundo instrumental acústico; de ningún modo como un replazo. Aún amo la orquesta, el cuarteto de cuerdas y, en general, el medio acústico con la misma intensidad.

En cuanto a la decisión de ser compositor, es muy simple: compongo por necesidad. Es una necesidad de destilar, re-crear y luego exteriorizar la experiencia vivida, en la esperanza de poder conmover y lograr empatía con otros seres humanos por medio de la manifestación temporal de esta exteriorización en la obra musical.

2. ¿Qué compositores admiras y/o te han influenciado?

Hay muchos compositores que admiro y que me han influenciado. Ya he mencionado a Beethoven, pero también está Mahler. Para mí, ellos realizan a la perfección esa exteriorización de la experiencia humana que anhelo lograr en mis obras. También me inspiran Ligeti, Berio, Lutoslawsky, Trevor Wishart, Jonty Harrison, Denis Smalley, Francis Dhomont, y mis colegas en la universidad de Keele, Mike Vaughan y Diego Garro.

3. ¿Cómo describirías tus composiciones? ¿Cuáles son las características de tu lenguaje composicional?

En realidad, me es muy difícil contestar ésta pregunta pues considero que, al final de cuentas, el idioma musical no puede ser totalmente definido conscientemente por el compositor. Cada obra trae consigo una búsqueda nueva, incluyendo la evolución del lenguaje musical. Si no, me parece que algo se ha atracado, que termino repitiendo la misma música. Quisiera aclarar que esto no tiene que ser verdad para otros compositores – cada uno encuentra su ruta. No obstante, ésta es mi posición.

Naturalmente, hay características comunes entre las obras. Pero éstas solo pueden ser observadas con perspectiva, cuando uno toma distancia. Éste es el trabajo del musicólogo. En éste momento, no soy musicólogo de mis obras. Lo único que puedo hacer es comentar sobre procesos usados en la composición de éstas o analizarlas. Pero esto es distinto de una definición de mi lenguaje musical.

4. ¿Qué es más importante para ti al componer: la emoción o la técnica?

Creo que la mejor manera de responder es citar a Thomas Mann en el libro Doctor Fausto: cuando el compositor Adrian Leverkuhn firma un pacto con el diablo por medio del cual se elevará a las mayores alturas musicales, el último entra en un monólogo que incluye el siguiente párrafo (no tengo una copia del libro en castellano y decidí no traducirlo pues creo que no puedo hacerle justicia):

the figures, characters and incantations of music, ... where algebraic magic is married with corresponding cleverness and calculation and yet at the same time it always boldly warres against reason and sobriety

Es precisamente ese balance y conflicto entre intelecto y emoción que, para mí, existe en la música que alcanza el aire rarificado del parnaso. Es cierto que hay música que puede emocionarnos sin apelar al intelecto y hay también la que presenta estímulo cerebral sin conmover. Pero aquella música que vive en ambos mundos es parte de una sinergia que no tiene comparación. Frecuentemente, es profunda, de modo que uno encuentra algo nuevo cada vez que la escucha de nuevo. ¡Hay tantas obras de Bach que pueden generar experiencias religiosas en el ateo!

Pero el asunto es más complicado. La arquitectura del intelecto puede causar emoción pura. Por ejemplo, basta considerar la emoción que las formulas de Maxwell generaron, y aún generan, en la persona de ciencias, al unificar (casi) todas las fuerzas de la física clásica. ¿Podemos realmente afirmar que la emoción causada por la belleza de este orden es distinta de la que genera el arte?

Me atrevo también a hacer una analogía con los seres humanos: la belleza física es inmediata y apela directamente a nuestro instinto y emoción, pero también puede estimular nuestro intelecto. Inclusive, podemos apreciar que alguien posea un bello físico sin tener sentimientos por esa persona. La belleza interna (espiritual o intelectual) requiere un esfuerzo inicial de búsqueda y raciocinio, pero una vez que la hemos encontrado en una persona, también puede apelar a nuestra emoción... y a nuestro intelecto. Todo actúa en ese mismo campo de batalla que desafía nuestra razón y sobriedad.

5. ¿En qué obra(s) estás trabajando actualmente?

Estoy por completar una obra audiovisual a la memoria de mi padre. Luego me concentraré en una obra para conjunto de cámara y audio digital que me ha solicitado el joven grupo ‘Ensemble Meitar’.

6. ¿Cual crees que es el papel de los compositores en nuestra sociedad?

Ya se ha dicho mucho del papel del arte y la música en la sociedad, desde Platón - que mantuvo que éstos disponen el espíritu de la gente y por eso deben ser regulados para poder ejercer una influencia positiva en la sociedad – hasta McLuhan, que consideró al artista como mediador cultural y guardián de la claridad de la comunidad con respecto a sus objetivos. También está la frase famosa de Georges Braque, afirmando que ‘la ciencia conforta, el arte disturba’. Asimismo, hasta hoy no nos hemos librado del pasmo provocado por el concepto romántico del genio; incomprendido en su Olimpo y lejos del lodo humano, para ser reivindicado en el futuro. Adorno propuso la idea modernista, invocando el deber del artista de reflejar y criticar la sociedad, y mostrarle el provenir. Como contraste, Jacques Attali sugiere un futuro en el que la distinción entre creador y consumidor de música no será fácil de discernir, llamando a ésta etapa ‘composición’.

Si hay algo que podemos tomar como lección de nuestros tiempos post-modernistas (¿o serán ya post-post modernistas?), me parece que es la humildad que viene del reconocimiento que la importancia del artista no es tan ‘universal’. Por ejemplo, el compositor e investigador Simon Emerson propone un modelo ecológico en el que el arte minoritario (en contraste con el arte masivo o industrial) provee la variedad necesaria a la sociedad para que pueda evolucionar y adaptarse al cambio. La alternativa es similar a la analogía de una sociedad que depende en un monocultivo que puede ser erradicado por una epidemia, causando una catástrofe irreversible.

Pero lo más importante es notar que los compositores son, antes que nada, seres humanos. Por eso, tienen las mismas obligaciones que sus semejantes. Y quizá una de las mayores obligaciones en nuestros días es la de mantenernos informados y actuar de acuerdo a ésta información, de modo que no seamos engañados como resultado de nuestra ignorancia, y guiados a servir intereses contrarios al bienestar general. No me refiero solo a escuchar las noticias cada día: lamentablemente, en nuestra era global éstas solo cubren aspectos superficiales de un gran número de asuntos esenciales y, en el mejor de los casos, presentan imágenes incompletas. En casos peores, distorsionan la realidad, sacándola del contexto histórico. Por eso, debemos desarrollar facultades críticas basadas en el conocimiento y mantenernos dispuestos a captar nueva información que podría cambiar radicalmente nuestra visión de la realidad.

En este sentido, el compositor o compositora son capaces de presentar información sinérgica de intelecto y emoción, que pueden proveer una dimensión mucho más profunda y concentrada que los hechos ‘secos’. De este modo, es posible que sean voces de conflictos sociales y políticos por medio de la música. Esto también coincide con la idea de destilación y exteriorización de la experiencia vivida, pues ésta es también es filosófica, política y social.

En mi opinión, es importante recordar tres cosas. En primer lugar, la música puede ser política, filosófica o social, pero la política, la orientación social y la filosofía no hacen automáticamente a la música: ésta aún puede ser solo música sin afiliaciones exteriores. En segundo lugar, hay ideas expresadas efectivamente por medio del lenguaje que no pueden ser expresadas por medio de la música. Finalmente, el hecho que expresemos asuntos políticos por medio de la composición no nos exonera de contribuir de otra manera. La música no puede alimentar físicamente al cuerpo, solo al espíritu. Eso no quiere decir que uno no pueda ‘convertir’ la economía de la música en bienes materiales, como lo hicieron en los años ochenta los músicos que participaron en ‘Band Aid’, proveyendo comida que salvó a muchos seres humanos en África. Mas el hecho es que no fue la música misma aquella que creó los fondos, sino los artistas que decidieron donar de su tiempo y recursos, y convencer al público a donar de su bolsillo.

7. ¿Cual crees que es el futuro de nuestra música?

No tengo pretensiones de profeta, así que solo enumeraré un par de hechos que puede ser que adquieran importancia en el futuro (¿o quizá no?).

En primer lugar, estamos viviendo una época de gran cambio económico, político y social. Por eso, es posible que muchas instituciones musicales cambien o sean transformadas hasta que sean irreconocibles. Por ejemplo, la falta de viabilidad podría reducir el medio sinfónico a unas pocas orquestas en enclaves afluentes, con muy poca demanda de música nueva para éste medio. También he mencionado las ideas de Attali, que han comenzado a realizarse parcialmente, gracias a la difusión de la tecnología y el acceso a comunicación global. Hoy en día ya hay música que existe principalmente en los espacios virtuales de la Internet, que es relativamente independiente de la economía industrial, proveyendo escenarios para muchos artistas y arte minoritario.

También es posible que la demanda artística esté cada vez más ligada a dos fenómenos relativamente nuevos: la interactividad y la integración de varios medios digitales. En el caso de interactividad, observo a la generación de mis hijos, que está cada vez más interesada en ‘participar’: ven menos televisión y están más envueltos en los mundos virtuales y activos de los juegos de computadora. Éstos últimos son también ejemplos de arte que usa más de un medio digital, no solo video pero también música; en muchos juegos, los dos están integrados sinérgicamente. La realidad virtual ya existe, aunque aún esté en su infancia. Quizá sea posible que en un futuro no muy lejano, los juegos sumerjan totalmente a los jugadores en un mundo virtual en que participen todos los sentidos, como en el caso del famoso ‘holodeck’ del programa ‘Viaje a las Estrellas’ ¿será éste el ‘cinema’ del futuro que desplace al modelo que ahora conocemos?

Personalmente creo que los espíritus creadores, y sobretodo los músicos y músicas – cuyo arte actual es la manipulación del tiempo usando sonidos –, podrían recibir éstas nuevas posibilidades con los brazos abiertos. Después de todo, aun manipularían el tiempo, solo que utilizarían medios adicionales: no solo el sonido y la imagen (como ya lo hacen muchos en las creaciones audiovisuales en las que, a diferencia de la mayoría de cine, el sonido no es el sirviente de la imagen), sino la inmersión en esa imagen en tres dimensiones, la experiencia táctil, los olores... toda una ‘realidad’ encapsulada en la obra. Eso no quiere decir que no haya lugar para instrumentos acústicos. El arte integral podría incluir música ‘en vivo’, y hasta podría articular el tiempo por medio de la conflagración de lo real con lo virtual. Entonces, quizá sea posible que todos podamos visitar al país de las maravillas de Alicia.

domingo, abril 02, 2006

Rostros de Circomper: Leonardo Barbuy

1.¿Cómo te iniciaste en la música? ¿Por qué elegiste convertirte en compositor?

Por principio, no fui yo quien tomó la decición de iniciarme en la música. fueron mis padres quienes vieron esto conveniente para mí cuando tenía 3 años.

hasta ahora no he decidido "convertirme" en compositor -y creo que en mi caso no habría conversión posible; compongo o no compongo- por los diversos intereses que trabajan como impulsos constantes en mi y de manera casi incontrolable. Es más, hay interéses más poderosos en mi que el interés por la proyección de ser compositor: este pensamiento no es excluyente, y la composición musical es mi eje de acción.

2. ¿Qué compositores admiras y/o te han influenciado?

La admiración, supongo, vendrá con el tiempo, aún no puedo admirar más que la obra del compositor.

podría distinguir claras influencias por parte de Ligeti, Beethoven, Charles Ives, Thelonious Monk, y muchos más que tal vez me han influenciado más que los que he nombrado (no me he preocupado mucho por este tema). Y principalmente -y verdaderamente dejando muy por debajo las demás influencias- el sonido de la calle, de mi casa, mi cuarto, las comidas familiares, etc. Al percibirlas como escenas en donde la organización sonora es aún más importante que la función de las acciones.

3. ¿Cómo describirías tus composiciones? ¿Cuáles son las características de tu lenguaje composicional?

"Composición de proceso" por el momento: mi interés actual se centra en el proceso por el que paso para llegar a la toma de deciciones sobre todos los aspectos que se ven involucrados en una composición. en este momento de "composición de proceso" tengo como única premisa el mantener presente en todo momento y en toda toma de decición una directa relación entre lo decidido y la idea inicial, "infantil", escencial.

preferiría desviar el tema de la descripción de las características de mi "lenguaje composicional", el cual creo parcialmente inexistente en si mismo y en mi (aún dudo al respecto), tal vez se podría hablar de un "lenguaje musical".

4. ¿Qué es más importante para ti al componer: la emoción o la técnica?

En mí, van de la mano y son interdependientes.

5. ¿En qué obra(s) estás trabajando actualmente?

Estoy actualmente trabajando: en un proyecto que tiene que ver más con el aspecto escénico que mencioné al final de la pregunta Nº 2; en la culminación de la última y tercera obra, de la serie llamada "Obras para instrumentos e instrumentistas inexistentes", para cuarteto de trombones; en una obra para vibráfono, platillos-tambores-bombo-varios, saxo tenor, trombón, 4 voces masculínas, violín, cello y contrabajo; dentro del curso de composición en el conservatorio, en una obra para clarinete, cello y piano; y en la correción de un concierto de música aleatoria para sintetizador, guitarra eléctrica, batería y saxo tenor.

6. ¿Cual crees que es el papel de los compositores en nuestra sociedad?

Creo que el tipo de composición que hacemos está dirigida a quien participa como ente activo dentro de la sociedad como tal: artistas en general y personas que cumplen funciones en los diferentes medios educativos y de comunicación existentes. Es decir, -obviamente- nos dirigimos a una "élite", sea intelectual, económica o artística... nuestra influencia sobre estas personas se verá reflejada, indirectamente, en las acciones que éstas realicen. pienso que de esta manera es que terminamos cumpliendo un papel dentro de la sociedad: influencia indirecta.

7. ¿Cual crees que es el futuro de nuestra música?

Creo que no exite. Será, entonces, otra música.

miércoles, enero 25, 2006

Rostros de Circomper: Jimmy López

A continuación un breve retrato hablado de Jimmy López.

1. ¿Cómo te iniciaste en la música? ¿Por qué elegiste convertirte en compositor?

Me inicié en la música cuando tenía 5 años y comencé a tomar clases de órgano electrónico, pero no fue sino hasta los 13 años que adquirí un verdadero piano y comencé a considerar a la música como una opción seria. Fue también por esos años que empecé a componer mis primeras obras, eran piezas pequeñas de marcada influencia popular; las compuse instintivamente puesto que hasta ese momento no había recibido ninguna instrucción formal de contrapunto y armonía. En 1994 Miguel Harth-Bedoya fundó la Orquesta Filarmónica de Lima (OFL) que no contaba con un local para ensayar. Para mi suerte, escogieron a mi colegio como su sede e inclusive los músicos fueron invitados a dar clases a los alumnos del colegio de manera permanente. Desde entonces empecé a asistir diariamente a los ensayos y conciertos de la OFL y al mismo tiempo empecé a tomar clases de piano ya que hasta ese momento mi formación había sido principalmente autodidacta. En 1995, Miguel me ofreció la posibilidad de colaborar en la Biblioteca de la OFL y así lo hice por un periodo de dos años. En 1996 comencé a tomar clases con José Carlos Campos y posteriormente, en 1997 con Enrique Iturriaga. En 1998 ingresé al Conservatorio Nacional de Música en el que estudié hasta el año 2000 cuando inicié mis estudios en la Academia Sibelius de Helsinki, Finlandia de la cual estoy próximo a graduarme.

La elección de ser compositor vino naturalmente. Cuando me sentaba al piano, no me era suficiente con reproducir lo que otros habían escrito sino que deseaba llegar al origen mismo del sonido y utilizarlo tal y como el escultor utiliza la arcilla. Deseaba moldearlo, modificarlo de manera que pudiese crear un objeto artístico trascendente, capaz de conmoverme y conmover a todo aquél que lo contemplase. Quería formar parte de ese grupo de exploradores incansables, siempre en busca de nuevos mundos sonoros aún por descubrir.

2. ¿Qué compositores admiras y/o te han influenciado?

Ha habido varios compositores que han influenciado mi pensamiento musical y mi orientación estética en diversos momentos de mi vida. Cada uno de ellos me ha brindado algo muy particular y lo han hecho en el momento indicado. La riquísima polifonía de Bach fue el objeto de mi fascinación durante mi adolescencia; Mozart y Haydn se convertirían luego en mis ideales de elegancia y equilibrio mientras que Beethoven me provocaba siempre un violento desborde emocional. Fue Stravinsky, sin embargo, quien me ayudó a dar el gran paso creativo hacia la música del siglo XX.

Considero a Ravel y a Debussy como los más exquisitos orquestadores, a Bartók como un gran ejemplo de que la herencia musical de una nación puede convertirse en la fuente de un lenguaje intensamente personal y a Gérard Grisey como el hombre que señaló el camino para lograr una profunda compenetración entre la naturaleza y las nuevas tecnologías. Admiro al Penderecki de los años experimentales, al Lutoslawski maduro y al Ligeti de siempre. Hoy por hoy, se perfilan como opciones interesantes Magnus Lindberg y Anders Hillborg.

3. ¿Como describirías tus composiciones? ¿Cuáles son las características de tu lenguaje composicional?

Hasta el momento no he tenido un interés particular en desarrollar un lenguaje personal y fácilmente identificable. Si hay algo en común es que mis obras más recientes hacen uso de lo que llamaría un eclecticismo moderado. Me interesa yuxtaponer, fusionar y combinar elementos provenientes de distintos continentes, corrientes musicales y periodos históricos de manera que el oyente se mantenga siempre alerta y se genere en él un estado de conciencia muy intenso. Pero digo moderado porque no me interesa generar un shock por el mero hecho de impactar al oyente, sino que también estoy interesado en tender puentes entre las distintas fuentes musicales de manera que consiga llamar la atención sobre los aspectos que les son comunes y lograr así, gradualmente, una verdadera integración que probablemente me conduzca en el futuro a un lenguaje personal.

4. ¿Que es más importante para ti al componer: la emoción o la técnica?

Confieso que no veo la necesidad de hacer una elección. La técnica es esencial si queremos que nuestro edificio musical no colapse miserablemente, pero un edificio hábilmente construido que sólo consiga concitar la indiferencia es un logro técnico pero al mismo un fracaso artístico.

5. ¿En qué obra(s) estás trabajando actualmente?

En este momento me encuentro trabajando en el encargo que he recibido del Ministro de Educación Arq. Javier Sota Nadal para componer una obra con motivo de la inauguración de la nueva sede de la Biblioteca Nacional. La ceremonia de inauguración tendrá lugar en el teatro de la nueva biblioteca a fines del mes de marzo y contaría con la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional. El Mtro. Armando Sánchez-Málaga me ha invitado cordialmente a dirigir la obra y yo he aceptado gustoso. La obra tendrá una duración de diez minutos y consistirá en un poema sinfónico inspirado en “Blasón” del gran poeta peruano José Santos Chocano. Esta obra seguirá la estructura del poema que tiene cuatro estrofas y en ella intentaré reflejar la dualidad que el poeta presenta magistralmente al contrastar nuestras herencias hispana e incaica.

6. ¿Cual crees que es el papel de los compositores en nuestra sociedad?

Pienso que jugamos un papel menor, casi insignificante. Nos hemos convertido en artículos de lujo capaces sólo de vivir decentemente de nuestra profesión en los países de mayor capacidad adquisitiva. Nuestra obra no logra llegar a un público numeroso por lo que no somos materia de debate en la sociedad ya que nuestro rol, y hasta nuestra misma existencia, es muchas veces ignorada.

domingo, julio 24, 2005

Rostros de Circomper: Haladhara Dasa

A continuación un breve retrato hablado de Haladhara Dasa.

1. ¿Cómo te iniciaste en la música?

Ya de niño me complacía en escuchar música en mi cabeza durante los viajes que el autobús que me llevaba a la escuela diariamente hacía. De igual manera cuando mi familia nos llevaba a la playa durante todo el viaje escuchaba esos sonidos ir y venir. Tanto el autobús como el auto hacia la playa me proporcionaban, con sus motores, un ronroneo que era como un capullo en el que me envolvía para distanciarme y poder escuchar e improvisar música mentalmente.

Mi madre me inscribió en clases de piano con una pianista vecina y di un concierto como a los 9 años de edad con otros alumnos de la misma profesora. Me interesé por la guitarra por un tiempo. Descubrí que la música que acompañaba las en ese entonces, años 1968-69 aproximadamente, películas de divulgación científica que explicaban los avances de los viajes espaciales me gustaba mucho. Ahora recuerdo que eran composiciones puntillísticas de música atonal, probablemente serial. A los 16 años quedé profundamente impresionado por el LP MANTRA de K. Stockhausen. En mi época universitaria leí un aviso del diario de A. Núñez Allauca y tomé sus entusiastas clases particulares de armonía, contrapunto y composición. Me inició a la música europea contemporánea con Penderecki, Xenakis, Lutoslawsky, Earle Brown, Mayuzumi, Boulez y Stockhausen.

2. ¿Por qué elegiste convertirte en compositor?

Había estado inmerso en mis investigaciones compositivas desde los 20 hasta los 30 hasta que abandoné todo eso durante una década. Fue al final de ese período cuando, gracias al servicio de las maravillosas bibliotecas europeas (estaba en Dinamarca) obtuve una partitura de Brian Ferneyhough: en ese momento, impresionado por la caligrafía musical de ese compositor –tuve una especie de visión musical, una ciudad musical en miniatura fue lo que contemplé, una inmensa complejidad sonora bien articulada y dinámica-, resolví volver a la composición y dejé todo lo que en esa década anterior había logrado.

3. ¿A qué compositores admiras o imitas? ¿Por qué?

Admiro a K. Stockhausen por el nivel profesional de su compromiso con la composición musical y su profunda calidad humana. Yo le había enviado una carta de 12 páginas, un perfecto desconocido de un país lejano-Perú-y este hombre me envió de regalo, llegó justo el día de mi cumpleaños, que él desconocía-pura coincidencia-, 4 CDs autografiados de su magnus-opus, la ópera LICHT y un libro de entrevistas con él más una carta de agradecimiento. Fue el inicio de una relación epistolar que encontró su clímax al yo acudir a su seminario de composición en Kurten, que lo recomiendo a los compositores de todo el mundo. 12 días de ensayos y 9 conciertos diarios con K.S. dirigiéndolos personalmente. Además de las explicaciones que él presenta en su seminario con detalles de alguna de sus creaciones recientes. Mundos sonoros han sido revelados gracias a los trabajos de este compositor.

A P. Boulez, por su infatigable y audaz entrega a los avances de la música contemporánea (léase IRCAM) y por su maravillosa estética musical, no hay mejor palabra, “bouleziana”.

A Iannis Xenakis, permitió que, entre otras cosas, lo “feo” entrara a formar parte del arte musical. Su rechazo a la técnica serial cuando estaba naciendo fue una visión espectacular que dio origen a su concepto de MASAS SONORAS. Su incorporación del pensamiento científico en la inspiración musical es también muy admirado por mí. Más importante que el descubrimiento de nuevos sonidos son, a mi parecer, las técnicas de composición. Como alguien dijo, los sonidos nuevos con el tiempo pierden su fuerza de choque pero las técnicas compositivas pueden desarrollarse más y más.

4. ¿Cómo describirías tus composiciones? ¿Cuáles son las características
de tu lenguaje composicional?


Esa pregunta prefiero que la responda alguien diferente de mí que escuche mi música. Sólo podría dar indicaciones técnicas de lo que hago. Mi corazón y mi inteligencia me proponen caminos y yo los sigo. Pongo una nota aquí, otra allá y trato que eso se convierta en un producto musical, cualquiera que sea la definición de la palabra “musical.” Pero es importante para mí obedecer, en líneas generales, a un plan maestro: la matriz rítmica fibonacciana y la galaxia de las 12 estrellas. Son mis técnicas de composición. Luego ajusto el resultado de ese primer paso usando impulsos con alto porcentaje intuitivo.

5. ¿Qué es más importante para ti al componer: la emoción o la técnica?

Existe el deseo profundo de que tu música contenga todo el nivel emocional posible hasta el delirio. Pero aún así este delirio debe organizarse. Así que no se puede proceder puramente por una de las dos posibilidades que presentas como alternativas.

6. ¿Cuál crees que es el papel de los compositores en nuestra sociedad?

Ninguno o cualquiera. En una época de individualidad tan grande, es el propio ego del compositor el que define su posición social. Y es la sociedad la que aplasta o catapulta al compositor, entre otros matices intermedios. Históricamente podemos estudiar lo que ha sucedido con los compositores. Siguiendo los ejemplos anteriores, Beethoven hubiera sido predestinado a una vida cortesana. ¿La tuvo? Situados en la actualidad podemos apenas discernir nuestra posición en conjunto.

Además, el destino impredecible arroja a unos y otros hacia áreas en las que será visto – a posteriori – como el que fue “su papel en la sociedad.” Aún así me atrevo a definir una posición social muy tradicional y antigua que por más que estemos listos a intentar trastocar, volverá una y otra vez a manifestarse en épocas de luz: el compositor glorifica a Dios a través de su obra. En épocas de oscuridad glorificará a la materia y/o los asuntos mundanos. Así que su ubicación social es la de conducir a los oyentes hacia el área que él intenta glorificar.

7. ¿Cuál crees que es el futuro de nuestra música?

¿Nuestra música? Ummm...

Bueno, el futuro de la música es visible a corto plazo y en la localidad en la que estás trabajando. Hay una dimensión local y otra internacional. Stockhausen dice que la música del futuro es espacial. Otros abogan por la creación de nuevos instrumentos. La tecnología ha permitido la existencia de la “raza” de compositores electrónicos. Yo creo en el diseño de nuevas estructuras formales y especialmente creo en la desaparición del compositor aislado. Creo que en el futuro existirá un grupo de compositores trabajando juntos los diferentes aspectos de una obra musical pantonal. Cada uno de ellos colaborará con su particular habilidad para dar forma a una o varias partituras alternativas bajo el mismo diseño general concebido por todos a partir de conceptos sencillos y complejos simultáneamente. Eso será un golpe para el ego de los compositores tradicionales acostumbrados a llevarse todas las palmas (en el mejor de los casos o los tomatazos en el peor).