1. ¿Cómo te iniciaste en la música? ¿Por qué elegiste convertirte en compositor?
Empecé en la música a los 15 años, después de ver tocar la guitarra acústica a un par de compañeros del colegio. Hasta ese entonces yo había querido ser cineasta o novelista. Me quedé fascinado de ver cómo tocaban mis compañeros la guitarra, y me puse a aprender inmediatamente gracias a mi gran amigo Alvaro Torres que me prestó una guitarra y me enseñó algunos acordes.
Al terminar el colegio mi sueño era ir a la escuela Berklee en Estados Unidos y estudiar guitarra eléctrica. Estuve tocando en algunos grupos, pero no tenía la menor idea de cómo alcanzar mi meta. Después de un par de años, como para prepararme, empecé a estudiar guitarra clásica. Mi profesor, Jorge Caballero (padre) era muy bueno haciendo arreglos, lo cual me interesó, y le pregunté si podría enseñarme. Él me contactó con Enrique Iturriaga, con quien empecé a estudiar contrapunto y armonía, y gracias a Enrique pude empezar a aprender cómo piensa un compositor. Finalmente ingresé al Conservatorio Nacional de Música en 1995.
Elegí ser compositor porque me apasionaba (me apasiona) la creación. Supongo que es además parte de una necesidad emocional de expresarme. A lo largo de mi formación como compositor he venido descubriendo muchas cosas nuevas que me hacen interesarme más por este oficio, y que creo que definen más mi perfil dentro de esta profesión. Una de ellas es el descubrimiento de los paralelos que existen entre la narración y el discurso musical. Otra muy importante es el reciente, y un poco tonto descubrimiento de que no dependo de la aprobación de nadie para escribir música. Puedo escribir lo que me venga en gana.
2. ¿Qué compositores admiras y/o te han influenciado?
Creo que mis principales influencias son Los Beatles, Pink Floyd (o más bien David Gilmour, el guitarrista), Bach, Beethoven y Lutoslawski. Recientemente he descubierto que mi escritura melódica está influenciada por la música blues, con su constante presencia de acordes de septima de dominante y los giros melódicos que eso ocasiona. Algo de eso tambien hay en Bach.
Beethoven en realidad no me gusta tanto como otros compositores, pero he dedicado bastante tiempo a estudiar sus sinfonías y sus sonatas para piano, y he aprendido una inmensidad de cosas de él, sobre todo gracias al enfoque a la hora de hacer los análisis que aprendí de Dante Valdez.
A Lutoslawski casi me he dedicado a copiarlo. Me interesaba mucho lo expresivo de su lenguaje, al mismo tiempo que estaba intrigado por entender cómo era que organizaba sú música, qué era lo que la ponía en movimiento. Estudié sus partituras para entender cómo funcionaba eso de la "forma cadena", y cuando aprendí la técnica empecé a aplicarla a mis trabajos. También he imitado de Lutoslawski su trabajo en base a pequeños motivos. He dejado de lado su trabajo por intervalos, y su técnica armónica. En el trabajo de mótivos imito más bien a Bach, y en el terreno armónico estoy cada vez haciendo un uso más general de los acordes que suelen encontrarse en la música jazz, además de usar clusters cromáticos.
Además tengo que mencionar que desde el año 1999 tengo el privilegio de trabajar junto a Carlos Espinoza y Hugo Alcazar, que son dos de los más grandes música de jazz de nuestro país, y de los cuales aprendo montones de cosas cada día. Seguramente por ese lado viene el interés en el lenguaje armónico del jazz.
3. ¿Cómo describirías tus composiciones? ¿Cuáles son las características de tu lenguaje composicional?
Ya he mencionado bastante de eso en el párrafo anterior. Sólo quisiera agregar que en este momento estoy experimentando con técnicas pantonales y con mezclas de formas clásicas con la técnica de la forma cadena. Concretamente, acabo de terminar el segundo trabajo en el cual he combinado la forma sonata con la forma cadena, haciendo además uso de las características armónicas de la forma sonata, es decir, basando la estructura y el discurso de la música en la estructura armónica clásica de la forma sónata.
4. ¿Qué es más importante para ti al componer: la emoción o la técnica?
Para mí lo más importante es la técnica. Pero no porque la considere lo más importante en los resultados, sino porque doy la emoción por sentado. Creo que todos los seres humanos sentimos emociones de la misma profundidad y belleza. Necesitamos el entrenamiento y la técnica para poder materializar estas emociones en un producto musical.
5. ¿En qué obra(s) estás trabajando actualmente?
Estoy trabajando en una sonata para violoncello y piano y un par de canciones para orquesta de camara y mezzo soprano, sobre textos que yo mismo escribí. No textos medio malotes, pero es una gran satisfacción para mí ponerles música.
6. ¿Cual crees que es el papel de los compositores en nuestra sociedad?
En realidad, creo que es el mismo rol que propondría para todos los oficios. Satisfacer las demandas del mercado, abrir nuevos mercados para diversificar nuestra cultura, contribuir al flujo libre de la información para todos los seres humanos por igual.
Con satisfacer las demandas del mercado me refiero a que, siendo nuestra sociedad una gran consumidora de música, hay una gran oferta de trabajo que se corresponde con la demanda por determinados servicios. Por ejemplo, hay necesidad de compositores, arreglistas, productores, instrumentistas y profesores de música. Los compositores podemos hacer nuestra contribución en todos esos campos.
Cuando hablo de diversificar el mercado me refiero al hecho de que, según mi percepción, el mercado musical peruano en cuanto a diversidad de géneros se refiere es muy pequeño. Esto empobrece la cantidad de información musical que circula en nuestra sociedad, y con ello creo que se recortan nuestras posibilidades creativas en general. Creo que la creatividad es la habilidad de juntar piezas de información de una manera novedosa. A menor cantidad de piezas de información en el ambiente menos posibilidades de combinaciones nuevas. En mi opinión, vivimos en un mundo en el amanecer de la economía de la información, y creo que la excesiva homogeniedad del mercado musical no juega a nuestro favor en este nuevo mundo.
Cuando hablo de una contribución al libre flujo de la información hablo en realidad de algo que considero es rol de todas las personas en nuestra sociedad. La información genera riqueza material. La información, cuando fluye en la sociedad y la sociedad tiene la oportunidad de responder a ella, en ese caso la información genera más información y mayor riqueza. La información en el Perú fluye, pero de manera limitada. Sólo una minoría tiene acceso a la infraestructura necesaria, y la mayoría de la información relevante esté en inglés. Creo que si queremos entrar al mundo de la economía de la información, tenemos que solucionar estas condiciones. Al Estado le corresponde crear la infraestructura (con proyectos como la OLPC, por ejemplo), pero a nosotros, la población, nos corresponde hacer contribuciones para que la información verdaderamente fluya en toda nuestra sociedad. Cada profesional puede contribuir en su propio campo.
7. ¿Cual crees que es el futuro de nuestra música?
En este momento hay una gran cantidad de compositores jóvenes, que están escribiendo un cuerpo de obras verdaderamente impresionante. Creo que el futuro inmediato es trabajar para que todas esas obras, sin excepción alguna, sean estrenadas, grabadas en video y subidas al internet.
En el mediano plazo creo honestamente que las condiciones de trabajo van a mejorar mucho para todos nosotros. Ya se puede apreciar una clara mejora en comparación a la década de los 80s, por ejemplo. Creo que hay un gran potencial en el internet, pues nos puede permitir acceder a mercados internacionales. Esto puede ser especialmente interesante sobre todo por el lado de ofrecer servicios.
En el largo plazo... En el largo plazo creo que el mundo va a estar en constante cambio, y creo que tenemos que ser muy flexibles no sólo para poder seguir siendo relevantes a la sociedad, sino también para poder seguir conectados con el mundo a nuestro alrededor y no terminar ostracizados. Creo que los compositores de música clásica contemporánea, por lo menos hasta donde he podido apreciar, tenemos la tendencia a ser un tanto conservadores. En las siguientes décadas vamos a ver cambios tecnológicos y sociales sorprendentes, y en un escenario extremo podríamos ser testigos del momento en que el compositor sea reemplazado en la gran mayoría de sus funciones por las computadoras. Bueno o malo, no hay marcha atrás. Creo que hay que estar preparado para ser muy, muy flexible en todo sentido.
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