domingo, julio 24, 2005

Rostros de Circomper: Haladhara Dasa

A continuación un breve retrato hablado de Haladhara Dasa.

1. ¿Cómo te iniciaste en la música?

Ya de niño me complacía en escuchar música en mi cabeza durante los viajes que el autobús que me llevaba a la escuela diariamente hacía. De igual manera cuando mi familia nos llevaba a la playa durante todo el viaje escuchaba esos sonidos ir y venir. Tanto el autobús como el auto hacia la playa me proporcionaban, con sus motores, un ronroneo que era como un capullo en el que me envolvía para distanciarme y poder escuchar e improvisar música mentalmente.

Mi madre me inscribió en clases de piano con una pianista vecina y di un concierto como a los 9 años de edad con otros alumnos de la misma profesora. Me interesé por la guitarra por un tiempo. Descubrí que la música que acompañaba las en ese entonces, años 1968-69 aproximadamente, películas de divulgación científica que explicaban los avances de los viajes espaciales me gustaba mucho. Ahora recuerdo que eran composiciones puntillísticas de música atonal, probablemente serial. A los 16 años quedé profundamente impresionado por el LP MANTRA de K. Stockhausen. En mi época universitaria leí un aviso del diario de A. Núñez Allauca y tomé sus entusiastas clases particulares de armonía, contrapunto y composición. Me inició a la música europea contemporánea con Penderecki, Xenakis, Lutoslawsky, Earle Brown, Mayuzumi, Boulez y Stockhausen.

2. ¿Por qué elegiste convertirte en compositor?

Había estado inmerso en mis investigaciones compositivas desde los 20 hasta los 30 hasta que abandoné todo eso durante una década. Fue al final de ese período cuando, gracias al servicio de las maravillosas bibliotecas europeas (estaba en Dinamarca) obtuve una partitura de Brian Ferneyhough: en ese momento, impresionado por la caligrafía musical de ese compositor –tuve una especie de visión musical, una ciudad musical en miniatura fue lo que contemplé, una inmensa complejidad sonora bien articulada y dinámica-, resolví volver a la composición y dejé todo lo que en esa década anterior había logrado.

3. ¿A qué compositores admiras o imitas? ¿Por qué?

Admiro a K. Stockhausen por el nivel profesional de su compromiso con la composición musical y su profunda calidad humana. Yo le había enviado una carta de 12 páginas, un perfecto desconocido de un país lejano-Perú-y este hombre me envió de regalo, llegó justo el día de mi cumpleaños, que él desconocía-pura coincidencia-, 4 CDs autografiados de su magnus-opus, la ópera LICHT y un libro de entrevistas con él más una carta de agradecimiento. Fue el inicio de una relación epistolar que encontró su clímax al yo acudir a su seminario de composición en Kurten, que lo recomiendo a los compositores de todo el mundo. 12 días de ensayos y 9 conciertos diarios con K.S. dirigiéndolos personalmente. Además de las explicaciones que él presenta en su seminario con detalles de alguna de sus creaciones recientes. Mundos sonoros han sido revelados gracias a los trabajos de este compositor.

A P. Boulez, por su infatigable y audaz entrega a los avances de la música contemporánea (léase IRCAM) y por su maravillosa estética musical, no hay mejor palabra, “bouleziana”.

A Iannis Xenakis, permitió que, entre otras cosas, lo “feo” entrara a formar parte del arte musical. Su rechazo a la técnica serial cuando estaba naciendo fue una visión espectacular que dio origen a su concepto de MASAS SONORAS. Su incorporación del pensamiento científico en la inspiración musical es también muy admirado por mí. Más importante que el descubrimiento de nuevos sonidos son, a mi parecer, las técnicas de composición. Como alguien dijo, los sonidos nuevos con el tiempo pierden su fuerza de choque pero las técnicas compositivas pueden desarrollarse más y más.

4. ¿Cómo describirías tus composiciones? ¿Cuáles son las características
de tu lenguaje composicional?


Esa pregunta prefiero que la responda alguien diferente de mí que escuche mi música. Sólo podría dar indicaciones técnicas de lo que hago. Mi corazón y mi inteligencia me proponen caminos y yo los sigo. Pongo una nota aquí, otra allá y trato que eso se convierta en un producto musical, cualquiera que sea la definición de la palabra “musical.” Pero es importante para mí obedecer, en líneas generales, a un plan maestro: la matriz rítmica fibonacciana y la galaxia de las 12 estrellas. Son mis técnicas de composición. Luego ajusto el resultado de ese primer paso usando impulsos con alto porcentaje intuitivo.

5. ¿Qué es más importante para ti al componer: la emoción o la técnica?

Existe el deseo profundo de que tu música contenga todo el nivel emocional posible hasta el delirio. Pero aún así este delirio debe organizarse. Así que no se puede proceder puramente por una de las dos posibilidades que presentas como alternativas.

6. ¿Cuál crees que es el papel de los compositores en nuestra sociedad?

Ninguno o cualquiera. En una época de individualidad tan grande, es el propio ego del compositor el que define su posición social. Y es la sociedad la que aplasta o catapulta al compositor, entre otros matices intermedios. Históricamente podemos estudiar lo que ha sucedido con los compositores. Siguiendo los ejemplos anteriores, Beethoven hubiera sido predestinado a una vida cortesana. ¿La tuvo? Situados en la actualidad podemos apenas discernir nuestra posición en conjunto.

Además, el destino impredecible arroja a unos y otros hacia áreas en las que será visto – a posteriori – como el que fue “su papel en la sociedad.” Aún así me atrevo a definir una posición social muy tradicional y antigua que por más que estemos listos a intentar trastocar, volverá una y otra vez a manifestarse en épocas de luz: el compositor glorifica a Dios a través de su obra. En épocas de oscuridad glorificará a la materia y/o los asuntos mundanos. Así que su ubicación social es la de conducir a los oyentes hacia el área que él intenta glorificar.

7. ¿Cuál crees que es el futuro de nuestra música?

¿Nuestra música? Ummm...

Bueno, el futuro de la música es visible a corto plazo y en la localidad en la que estás trabajando. Hay una dimensión local y otra internacional. Stockhausen dice que la música del futuro es espacial. Otros abogan por la creación de nuevos instrumentos. La tecnología ha permitido la existencia de la “raza” de compositores electrónicos. Yo creo en el diseño de nuevas estructuras formales y especialmente creo en la desaparición del compositor aislado. Creo que en el futuro existirá un grupo de compositores trabajando juntos los diferentes aspectos de una obra musical pantonal. Cada uno de ellos colaborará con su particular habilidad para dar forma a una o varias partituras alternativas bajo el mismo diseño general concebido por todos a partir de conceptos sencillos y complejos simultáneamente. Eso será un golpe para el ego de los compositores tradicionales acostumbrados a llevarse todas las palmas (en el mejor de los casos o los tomatazos en el peor).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Good blog. Keep it running!