A continuación un breve retrato hablado de Jimmy López.
1. ¿Cómo te iniciaste en la música? ¿Por qué elegiste convertirte en compositor?
Me inicié en la música cuando tenía 5 años y comencé a tomar clases de órgano electrónico, pero no fue sino hasta los 13 años que adquirí un verdadero piano y comencé a considerar a la música como una opción seria. Fue también por esos años que empecé a componer mis primeras obras, eran piezas pequeñas de marcada influencia popular; las compuse instintivamente puesto que hasta ese momento no había recibido ninguna instrucción formal de contrapunto y armonía. En 1994 Miguel Harth-Bedoya fundó la Orquesta Filarmónica de Lima (OFL) que no contaba con un local para ensayar. Para mi suerte, escogieron a mi colegio como su sede e inclusive los músicos fueron invitados a dar clases a los alumnos del colegio de manera permanente. Desde entonces empecé a asistir diariamente a los ensayos y conciertos de la OFL y al mismo tiempo empecé a tomar clases de piano ya que hasta ese momento mi formación había sido principalmente autodidacta. En 1995, Miguel me ofreció la posibilidad de colaborar en la Biblioteca de la OFL y así lo hice por un periodo de dos años. En 1996 comencé a tomar clases con José Carlos Campos y posteriormente, en 1997 con Enrique Iturriaga. En 1998 ingresé al Conservatorio Nacional de Música en el que estudié hasta el año 2000 cuando inicié mis estudios en la Academia Sibelius de Helsinki, Finlandia de la cual estoy próximo a graduarme.
La elección de ser compositor vino naturalmente. Cuando me sentaba al piano, no me era suficiente con reproducir lo que otros habían escrito sino que deseaba llegar al origen mismo del sonido y utilizarlo tal y como el escultor utiliza la arcilla. Deseaba moldearlo, modificarlo de manera que pudiese crear un objeto artístico trascendente, capaz de conmoverme y conmover a todo aquél que lo contemplase. Quería formar parte de ese grupo de exploradores incansables, siempre en busca de nuevos mundos sonoros aún por descubrir.
2. ¿Qué compositores admiras y/o te han influenciado?
Ha habido varios compositores que han influenciado mi pensamiento musical y mi orientación estética en diversos momentos de mi vida. Cada uno de ellos me ha brindado algo muy particular y lo han hecho en el momento indicado. La riquísima polifonía de Bach fue el objeto de mi fascinación durante mi adolescencia; Mozart y Haydn se convertirían luego en mis ideales de elegancia y equilibrio mientras que Beethoven me provocaba siempre un violento desborde emocional. Fue Stravinsky, sin embargo, quien me ayudó a dar el gran paso creativo hacia la música del siglo XX.
Considero a Ravel y a Debussy como los más exquisitos orquestadores, a Bartók como un gran ejemplo de que la herencia musical de una nación puede convertirse en la fuente de un lenguaje intensamente personal y a Gérard Grisey como el hombre que señaló el camino para lograr una profunda compenetración entre la naturaleza y las nuevas tecnologías. Admiro al Penderecki de los años experimentales, al Lutoslawski maduro y al Ligeti de siempre. Hoy por hoy, se perfilan como opciones interesantes Magnus Lindberg y Anders Hillborg.
3. ¿Como describirías tus composiciones? ¿Cuáles son las características de tu lenguaje composicional?
Hasta el momento no he tenido un interés particular en desarrollar un lenguaje personal y fácilmente identificable. Si hay algo en común es que mis obras más recientes hacen uso de lo que llamaría un eclecticismo moderado. Me interesa yuxtaponer, fusionar y combinar elementos provenientes de distintos continentes, corrientes musicales y periodos históricos de manera que el oyente se mantenga siempre alerta y se genere en él un estado de conciencia muy intenso. Pero digo moderado porque no me interesa generar un shock por el mero hecho de impactar al oyente, sino que también estoy interesado en tender puentes entre las distintas fuentes musicales de manera que consiga llamar la atención sobre los aspectos que les son comunes y lograr así, gradualmente, una verdadera integración que probablemente me conduzca en el futuro a un lenguaje personal.
4. ¿Que es más importante para ti al componer: la emoción o la técnica?
Confieso que no veo la necesidad de hacer una elección. La técnica es esencial si queremos que nuestro edificio musical no colapse miserablemente, pero un edificio hábilmente construido que sólo consiga concitar la indiferencia es un logro técnico pero al mismo un fracaso artístico.
5. ¿En qué obra(s) estás trabajando actualmente?
En este momento me encuentro trabajando en el encargo que he recibido del Ministro de Educación Arq. Javier Sota Nadal para componer una obra con motivo de la inauguración de la nueva sede de la Biblioteca Nacional. La ceremonia de inauguración tendrá lugar en el teatro de la nueva biblioteca a fines del mes de marzo y contaría con la participación de la Orquesta Sinfónica Nacional. El Mtro. Armando Sánchez-Málaga me ha invitado cordialmente a dirigir la obra y yo he aceptado gustoso. La obra tendrá una duración de diez minutos y consistirá en un poema sinfónico inspirado en “Blasón” del gran poeta peruano José Santos Chocano. Esta obra seguirá la estructura del poema que tiene cuatro estrofas y en ella intentaré reflejar la dualidad que el poeta presenta magistralmente al contrastar nuestras herencias hispana e incaica.
6. ¿Cual crees que es el papel de los compositores en nuestra sociedad?
Pienso que jugamos un papel menor, casi insignificante. Nos hemos convertido en artículos de lujo capaces sólo de vivir decentemente de nuestra profesión en los países de mayor capacidad adquisitiva. Nuestra obra no logra llegar a un público numeroso por lo que no somos materia de debate en la sociedad ya que nuestro rol, y hasta nuestra misma existencia, es muchas veces ignorada.
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