domingo, agosto 20, 2006

martes, agosto 01, 2006

Compositores en Marte

"En el Perú los compositores somos marcianos" declaró el maestro Celso Garrido lecca en una entrevista concedida al diaro la República el 13 de mayo del 2005. De esta manera el maestro señala la falta de reconocimiento que tiene la sociedad peruana para con los compositores de música clásica contemporánea en la actualidad. El problema existe desde hace mucho, y no es exclusivo del Perú. La composición de música clásica ha perdido presencia en nuestra civilización durante los dos últimos siglos, entre otros motivos por los procesos estéticos que la influyeron desde principios del siglo XX y el consecuente alejamiento del público de las salas de concierto. Ante esta problemática los compositores reclaman una mayor ayuda por parte del estado y se preguntan "¿Qué ha hecho la sociedad para integrar al compositor?". Ésta pregunta es, sin embargo, reversible. También podemos decir "¿Qué han hecho los compositores para integrarse a la sociedad?".

No es el caso que los compositores hayan permanecido inmóviles ante esta problemática. Es mucho lo que han trabajado para acercar al público a su obra. Pero el enfoque utilizado ha estado centrado en el compositor y en sus necesidades, y se ha interpretado la falta de interés del público como una falta de educación ó de cultura, cómo un defecto dentro de el público que hay que corregir. Creo que hay mucho qué ganar si ensayamos un enfoque distinto y tomamos en consideración también las necesidades del público. No sólo porque de ese modo creo que podremos obtener un público más receptivo a nuestra propuesta, sino porque ya existe evidencia de que el enfoque compositor-centrista no ha dado buenos resultados.

Para acercarnos al público debemos ante todo respetarlo. No debemos pensar en ellos como seres humanos incompletos educativa o culturalmente. Debemos confiar en su capacidad para decidir lo mejor para sí mismos por sí mismos. Un buen camino para lograr esto puede ser analizar aquella música que goza de mayor popularidad que la que nosotros escribimos. Si confiamos en el juicio del público, concluiremos que algo bueno tiene que existir en dicha música. Y si nos animamos a buscarlo sin prejuicios y con criterio exclusivamente técnico encontraremos muchas sorpresas agradables. La música popular contemporánea tiene una mayor riqueza que aquella que generalmente se le reconoce.

Si confiamos en nuestro público también concluiremos que nuestras composiciones no son música de masas. La cultura contemporánea hace una fuerte asociación entre la música y el baile, y la nuestra es más bien música para salas de concierto. Esta información no debe desanimarnos, por el contrario, nos da elementos de juicio para encontrar nuestro publico objetivo. Pero dicho público será pequeño en comparación al total de la sociedad.

Con lo cual estaríamos otra vez al principio de este artículo, componiendo música para una pequeña porción de la sociedad, y permaneciendo anónimos para la mayoría. No me parece un mal destino, pero no es el único camino. El compositor tiene mucho que aportar a la sociedad, más alla de sus obras. Existen muchos rubros de la actividad musical comercial donde los compositores tienen elementos para realizar un trabajo sobresaliente, como son por ejemplo la composición de música incidental para cine y teatro, he inclusive la composición de música para spots publicitarios. También está el campo de la educación musical escolar. Pero existen muchas otras posibilidades por explorar. Me interesan, por ejemplo, las posibilidades de interactuar con el público de la música rock, la confección de analisis técnicos que complementen la información sobre este género que circula actualmente. En suma, se trata de bajarse del pedestal, poner los pies en el suelo y reconocer a nuestros semejantes son como gente de nuestra misma altura. Se trata de alejarse un poco de marte y abrazar la tierra.