domingo, noviembre 16, 2008

Haladhara Dasa: Comentario sobre "Intermedio Alla Ciaccona", de Brian Ferneyhough

A continuación una apreciación crítica de ""Intermedio Alla Ciaccona", Obra de Brian Ferneyhough que fue tocada por Erik Carlson (integrante del Talea Ensemble) el pasado Lunes 10 en el marco del 6to Festival Internacional de Música Clásica Contemporánea en Lima. El comentario es escrito por Haladhara Dasa, amigo de nuestro blog.

El violinista del grupo, en la segunda pieza de la noche, nos hizo testigos de un raro y extraordinario acontecimiento en la escena musical local: una pieza de Brian Ferneyhough.

La expresividad lograda en el lenguaje contemporáneo de este autor inglés fue muy bien entregada por nuestro violinista, a quien le debemos agradecer su esfuerzo –gigantesco seguramente, como lo explicaré luego-. Hace unos días atrás, conversando con un pianista del conservatorio justamente me comentó lo monstruosas que son las manipulaciones rítmicas del compositor referido. "Quién va a leer esos ritmos tan complicados", se preguntaba mi amigo. A solas,, sobrevolando la historia musical, recordaba que los compositores de vez en cuando sacuden los principios establecidos por sus antecesores. Obviamente los conservatorios deben ponerse al día con esos avances en la teoría y la práctica musical sino quieren ser demasiado literales con el título que ostentan, "conserva-torios". Por eso Stockhausen decía que deberían transformarse en "laboratoriums". Nuestros estudiantes podrán entonces estar situados a nivel internacional en cuanto a los avances compositivos e interpretativos del día.

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La interesante obra escuchada esa noche, para alguien que sólo la conozca de oídas, dio la impresión de una fluidez completamente natural, de un solo que coloreaba un pensamiento musical con la personalidad típica de un violín. Virtuosística sin pecar de exhibicionismo, abundaba en todos los efectos conocidos –pizzicatti, armónicos, glissandi, diferentes golpes de arco, dobles cuerdas, escalas rapidísimas hacia el agudo, cambios abruptos de dinámica, etc-. Todo eso no era otra cosa que la gran tradición violinística. Sólo que el lenguaje era el de nuestro siglo aunque la expresión, intemporal. Es inútil del todo intentar traducir en palabras el lenguaje musical. El violinista extendió las 8 páginas A4 dela partitura para ir caminando de un extremo al otro – en 7 minutos y medio- de los tres atriles que empleó para sostener las páginas. Yo ya conocía la obra de memoria gracias a la grabación que tengo, pero la versión en vivo me emocionó en extremo.

Compuesta en 1986 y grabada por uno de los violinistas más excepcionales de estos tiempos, Irvine Arditti, en sus 7 minutos y medio esta obra como todas las del autor inglés puede asustar por las siguientes razones: su rítmica es –no hay mejor palabra- absolutamente endiablada. Dividir un momento de tiempo en dos partes iguales es una cosa; dividirlo en tres partes otra, dividirlo en 7 partes otra, y ya estamos siendo algo complicados para los músicos en general. Pero si de esas 7 divisiones las primeras 4 se subdividen en 5 y las 3 restantes se subdividen en 7, bueno, entonces ya estamos hablando de la técnica rítmica de Brian Ferneyhough. Como si eso fuera poco, las notas usadas dentro de esas divisiones rítmicas (que las hay literalmente a cada paso de sus partituras) usan microtonos, es decir ya el músico debe considerar además de las 12 notas cromáticas, 12 notas más –microtonales-. Además, proliferan los cambios de tempo, aunque eso ya es algo relativamente usual para la mentalidad contemporánea. Sin embargo nuestro inglés –no tan flemático por lo visto- inaugura un nuevo tipo de compás, ya no basado en la división binaria de la redonda. Escribe con compases de 2/10, 1/12 o 3/24. Cito al autor: "2/10 significa un compás compuesto por dos pulsos, cada uno igual a un décimo de redonda. Los metros irracionales están por lo tanto ya sea en quíntuple o triple relación con al metro convencional y son proporcionalmente más rápidos". Hoy por hoy muchos compositores han adoptado estas divisiones temporales y son cada vez más los intérpretes que ya las emplean como parte de su repertorio.

Un asunto interesante a conocer es que los bocetos composicionales de Ferneyhough acumulan una gran cantidad de descripciones verbales, en una suerte de sedimentación constante de palabras. Mucho después de eso aparecen algunas tablas de notas, acordes y por supuesto ritmos "endiablados" con la típica grafía muy menuda del compositor. Dada la concentrada musicalidad de su obra uno casi estaría seguro que el compositor trabaja con los instrumentos a su lado: falso por completo; cuando Strawinsky compuso su concierto en re para violín tenía viviendo en su casa al violinista que estrenaría la obra. Ferneyhough nunca compone ayudándose de un instrumento (salvo en algunas de sus obras para flauta sola).

Dije que explicaría el esfuerzo gigantesco del violinista. Es sabido que un ensayo de una obra de este autor puede considerar el aprendizaje de un solo compás equivalente al de una página entera de música muy difícil. Pero los intérpretes que pasan esa etapa al enfrentarse a una nueva obra ya no tienen tantos contratiempos, conocidos los manierismos. Sin embargo, aun sea muy difícil, una obra como la que hemos escuchado bien vale la pena el esfuerzo: intensa, balanceada, inteligente, brillante, expresiva, musical en su más alto nivel, concentrada, virtuosa y bella. Gracias al trabajo de compositores de esta naturaleza los conservatorios deben sacudirse el polvo acumulado por lo ya conocido y ponerse al tanto de lo nuevo y lo maravilloso. Seguir aprendiendo. Recomiendo ir a MYSPACE, buscar a Brian Ferneyhough y escuchar el segundo movimiento de su tercer cuarteto de cuerdas, varias veces.

Creo que cierto tipo de composiciones tienen esta virtud: nos enseñan a escuchar de otra manera, obligan al sentido auditivo y la parte intelectual relacionada a adoptar una nueva dimensión o quizá sea tan sólo el descubrir una dimensión nuestra no conocida pero despertada gracias a la articulación sonora propuesta en la composición. Xenakis –el maravilloso visionario- decía que "en el futuro una obra musical ayudará en la transformación del ser humano, modificando su estructura mental". Los mantras védicos nos dicen lo mismo.

Haladhara Dasa

COMPOSITOR.

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