CHARLA DE LUIS DE PABLO EN TORNO A SU LENGUAJE Y ÚLTIMAS OBRAS
Después de una -interrumpida por lo extensa- presentación que mencionaba los numerosos logros artísticos, premios, colaboraciones y otros etcéteras, el compositor dio inicio a su charla. Frente a un auditorio que incluía a Enrique Iturriaga, con su acostumbrado buen talante nos acompañó, el español hizo una breve pero necesaria autobiografía.
Nacido en 1930, pasó por la Guerra civil española del 36 al 39 y, sin respiro alguno, a la segunda guerra mundial del 39 al 45. Considerando que la enseñanza oficial de la música no incluía la música viva de esos años, Luis de Pablo optó por un cultivo autodidacta del arte musical.
Pensaba que "la música del pasado bien puede ser aprendida leyendo los libros" correspondientes. Atraído naturalmente por Francia y Alemania, países cuyas lenguas ya conocía justamente por los avatares bélicos de entonces, tuvo la oportunidad de dirigirse a esos centros europeos de la música viva. Messiaen, Boulez –"el revoltoso e inococlasta"- y la ciudad de Darmstadt fueron sus destinos. Un discípulo de Arnold Schoenberg fue su maestro. El arte compositivo del austríaco, calificado por Leibowitz con una palabra que desagrada a Luis de Pablo -el dodecafonismo- y que prefiere el original del propio autor, la "Zwolftonteknik", la técnica de los doce sonidos, "pecaba de falta de contraste, de que en cada momento su relación interna era igual a cero", opinaba nuestro homenajeado compositor. Añadió que "eso es más o menos evidente en las primeras obras de Schoenberg, el quinteto de vientos, el segundo cuarteto de cuerdas. Mas en las Variaciones para orquesta y un poco antes ya no se siente esa homogeneidad". Todo eso sin embargo le era ajeno a su propia sensibilidad musical y a pesar de eso, aprendió la tal técnica, la Zwolftonteknik. Aun así, no la usó.
Comparte la idea que Strawinsky nos regalara al decir que "la música es la forma más profunda de concebir el tiempo que el ser humano tiene" (o algo similar pues no recuerdo exacta, literalmente). Nuestro compositor nos hace recordar que según Debussy "la música es el tiempo coloreado". Y que decir eso en 1902 no era poca cosa. Tal vez mucha. Lo dijo mientras orquestaba La Mer (EL MAR). "En pintura todo eso está clarísimo", pero en la música ¿cómo lo entendió Luis de Pablo? "En el timbre. La armonía funcional desaparece y deja esa ocupación para colorear". Esa es una de las aventuras creativas del autor. Acepta que "la armonía funcional también colorea, aunque de manera muy primaria".
Nos hace recordar por otro lado que debido simplemente a que la tríada tiene 3 notas (disculpen la redundancia) y que se usa la repetición de una de esas notas pues que las 4 voces tradicionales de un discurso musical nacen de esa estructura. Pero si sobrepasamos esas nociones armónicas el número de voces se liberará de esa estructura.
Durante un tiempo coqueteó con los clusters. Era una guerra declarada a la hegemonía del intervalo en beneficio del color. Sin embargo el cluster en sí era algo ajeno a su sensibilidad. Por eso duró poco tiempo esa fase. Para él debía predominar "la pasta tímbrica de la orquesta". Esta receta nos da para lograrlo aunque no la recomienda (¿): si el compositor dispone de compases medidos no en 3 octavos o en 2 cuartos sino en unidades de tiempo, 1 segundo cada compás digamos, dentro de ese "compás" se escriben unas notas, pocas o muchas y el intérprete las mete como pueda en ese intervalo de tiempo. El compositor haciendo predominar –por repetición- una nota cualquiera de esas escritas, los intérpretes lograrán crear una "mancha", dado que no crean "perfiles" gracias a la imprecisión rítmica nacida de este tipo de requerimientos.
No obstante, pasada esa experiencia reconsideró al intervalo, que "no era después de todo una persona tan mala". Nos confesó que para él (y me apresuro a decir que para mí era justamente lo contrario!) Iannis "Xenakis se la tenía jurada al intervalo" y que "llena la partitura con quintillos, sietillos y todo tipo de incomodidades para el intérprete" (con la segunda afirmación estoy más o menos de acuerdo pero sé que hay intérpretes, y cada vez más, que se desviven para tocar precisa y preciosamente esas "incomodidades"). Volviendo a nuestro compositor, "quería dotar de un sentido funcional al intervalo". Y no sé porqué acudió a recordarnos que "las emociones forman parte de no sólo los seres humanos pero de los mamíferos y los vertebrados en general", para finalmente concluir en que son una propiedad de la materia viva.
De manera muy tangencial mencionó a los MÓDULOS, que él usa y que parece que "re-integran al intervalo con toda su capacidad expresiva". Con estos Módulos él produce "un gran rompecabezas expresivo".
En voz alta se pregunta "¿porqué se habla de intervalos consonantes o disonantes? La moderna musicología parece tener problemas con este tipo de categorizaciones también". Luis de Pablo ha elegido referirse a ellos simplemente con su nombre, "3ra menor ascendente, 2da mayor descendente, etc."
Nos habla de una "distribución de los intervalos en lo vertical y lo horizontal". Construye "acordes" (o verticalizaciones) partiendo de cualquier altura a la que le añade una 3ra mayor para arriba y abajo, una quinta sobre esa 3ra, para arriba y para abajo (en otras palabras -y no sé porqué nunca las usó- un acorde simétrico). Nos asegura que un material de esa naturaleza es periódico, especialmente el acorde que anotó al vuelo en la pizarra (EJEMPLO 1): repite su escueta estructura a partir del do central (+4+7+4+7 y -4-7-4-7) colocando el signo de infinito para indicar la continuación de ese proceso. Esa periodicidad será detectada por "el oído, quien se habrá familiarizado" con la sonoridad presentada, como él dice "con un determinado clima armónico". Y luego nos dibuja una posible utilización de ese acorde (EJEMPLO 2).
ejemplo 1
Nos dice que ese es el lenguaje de sus últimas obras y que su proceder "no constituye un sistema sino un modular de un determinado procedimiento".La obra que escucharemos, de 40 minutos, se llama PASSIO con texto del poeta italiano Primo Levi, un judío de profesión químico, lo cual le valdría evitar la eliminación nazi y ser mantenido como parte del programa de estos colaborando a la fuerza con sus conocimientos. La lectura del poema, no muy largo, que nos hizo el compositor es desgarradora y hermosa al mismo tiempo. La composición es para orquesta grande, coro masculino, barítono y contratenor. 1.Pórtico: "Ladrones", transición, "Anunciación". 2.Canto de los muertos en vano. 3. La mosca. 4. Pórtico: "Obligaciones pendientes". Encargada por la RAI de Turín fue estrenada el 13.04.07.
La composición es emotiva, de rasgos fuertes y con variados climas sonoros. Un predominio de escalas descendentes llama la atención. Los ritmos son muy fáciles de seguir, los timbres se mezclan sin cambiar los acordes –coloreando el tiempo-; "la mosca" es anecdóticamente caricaturizada por dos violines que como moscas –dobles cuerdas, saltos inesperados- juguetean alrededor del contratenor que personifica al bichito del poema: un buen contraste en medio de una obra dominada por el gran sonido de la gran orquesta. Bloques sonoros caracterizan todos menos el último movimiento que usa escalas ascendentes y descendentes en una suerte de vorágine.
Cuando un asistente le pregunta sobre los acordes usados sin más nos contesta que toma prestado el famoso acorde de la Consagración de la Primavera –ese que las cuerdas martillean reforzadas de vez en cuando por los cornos al inicio brutalista de la obra- y lo emplea a su manera, "tanto como hubiera podido tomar un acorde de la Cumparsita con iguales fines" (esto último, personalmente, lo encuentro difícil de creer).
Terminada la charla se despide, apaga el equipo y retira su disco compacto de la máquina –aprovecho para decirlo- que sonaba como una vitrola: en estos días –siglo XXI-, en esta ocasión –charla de un compositor y su música- y en esa institución –el conservatorio nacional- bueno, sin comentarios.
Haladhara Dasa
COMPOSITOR.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario