La semana pasada llevé un curso de capacitación docente dentro del marco del XXII Festival Internacional Suzuki en Lima, organizado por la Asociación Suzuki del Perú. Parte del curso era leer el libro "Hacia la Música por Amor" de Shinichi Suzuki y escribir algunas reflexiones al respecto. Me parece que los temas tratados en el libro pueden tener una relación con la temática de este blog, de manera que me he animado a subir el texto que escribí.
En el año 1967 Shinichi Suzuki publicaba su libro "Hacía la Música por Amor", que contiene la historia del la creación de su exitoso Método de Educación del Talento y numerosas reflexiones al respecto de la educación musical y de la naturaleza humana. Dentro de las ideas expuestas en el libro hay tres que han llamado especialmente mi atención y deseo comentar.
· Todos los niños tienen un enorme potencial para aprender. El desarrollo de este potencial dependerá de que tengan un ambiente y guías adecuados.
· La clave del éxito educativo está en perseverar, sin desesperación y sin detenerse. El quejarse de la propia falta de talento o de cualquier adversidad resulta inútil. Es la acción constante la que traerá resultados.
· El aprendizaje de música de alta calidad eleva la calidad espiritual del niño.
La primera idea tiene grandes consecuencias, sobre todo en el terreno educativo. Si todos los niños son capaces de aprender, entonces los fallos que pudiera haber serían responsabilidad de los padres y de los maestros. Esto cambia el foco de la educación y la hace más orgánica, de manera que tanto los padres como los maestros como los niños tienen tareas que cumplir en ella. El resultado es un esquema más equilibrado que puede ofrecer mejores resultados.
Sin embargo, en mi opinión el mayor valor de esta primera idea no está necesariamente en la educativo, sino más bien en lo social. Esta primera idea esta basada en el hecho de que, siendo el dominio de un idioma una tarea compleja, todos los niños aprenden con éxito su lengua materna. Esto implica que todos los niños nacen dotados de una gran inteligencia. Se podría seguir de esto que no hay niños tontos, y las acciones de los niños tienen todas un sentido y una utilidad dentro del contexto del niño. En mi opinión esta afirmación se puede trasladar también al mundo de los adultos. Si bien no todos los adultos hemos tenido la misma educación, compartimos básicamente la misma cultura (en nuestro caso, la cultura occidental), y aunque no todos tengamos las mismas habilidades todos tenemos la capacidad de aprenderlas. Se sigue de eso que también todos los adultos estamos dotados de una gran inteligencia, y entonces todas las acciones y deseos de las personas tendrían un fundamento inteligente dentro del contexto de cada persona. La percepción de que tales o cuales acciones son tontas se debería a que no se están tomando en cuenta todos los factores del contexto de la persona que comete dicha acción. Si esto es cierto, y se puede probar e integrar en nuestra cultura creo que podríamos conseguir una sociedad más saludable y justa, en la cual no se menosprecie la capacidad de ninguno de sus integrantes.
La segunda idea tiene claras aplicaciones prácticas. Es consecuencia también de la primera idea, pues si todos nacemos con el mismo potencial para aprender música, no existe el hecho de que alguien esté desprovisto de talento, solo existe la persona que no lo ha cultivado. Y si alguien no ha cultivado su talento, es obvio que ganará más dedicándose a hacerlo que quejándose por lo que no se hizo en el pasado. Por supuesto, esto mismo se puede aplicar a cualquier otra capacidad humana.
La tercera idea me parece difícil de sostener. Veo en ella un problema de definiciones: Qué debemos entender exactamente por “música de alta calidad”? Qué debemos entender exactamente por “calidad espiritual”? Ambos conceptos son el tema de estudio de la estética y la ética respectivamente, y ninguna de las dos disciplinas ha podido dar una respuesta definitiva en miles de años. Quizás no exista una respuesta definitiva. Las personas en general pueden tener ideas muy distintas de lo que es “música de alta calidad” y “calidad espiritual”, y no solamente hay una falta de consenso, sino que las tendencias al respecto de estos conceptos cambian constantemente con el paso del tiempo. En el siglo XX existen casos de objetos que eran considerados de pobres cualidades artísticas que pasaron a ser considerados “arte de alta calidad” en lapsos menores a una década. Inclusive se puede decir algo similar de la apreciación de la música jazz y la música rock dentro de la sociedad norteamericana.
Pero aún suponiendo que “música de alta calidad” equivaliera a, digamos por ejemplo, “música clásica” y “calidad espiritual” equivaliera a “honestidad” la tercera idea resulta difícil de sustentar. Si se diera el caso mencionado, uno tendría que concluir que los músicos dedicados a la música clásica serían más honrados que el promedio de la población. En mi percepción, y desde mi punto de vista completamente empírico, los músicos y los artistas son igual de honrados que el promedio de la población y creo que es una percepción que puede ser confirmada por muchas personas. No obstante, seguramente algunas personas podrían considerar que efectivamente los profesionales de la música clásica son más honrados que el promedio de la población. Si ese fuera el caso, aún haría falta establecer una relación causal entre el dedicarse a la música clásica y el ser honrado. Es decir, si llamamos a dedicarse a la música clásica “A” y a ser honrado “B”, el que una persona tenga las características A y B no indica obligatoriamente que B sea consecuencia de A. También A puede ser consecuencia de B, ó A y B pueden ser consecuencia de otro factor, digamos C. No veo nada que indique dicha relación causal. En mi experiencia, los seres humanos somos muy complejos, y las factores que moldean nuestra personalidad y nuestra conducta suelen ser muy numerosos. Por lo tanto no considero que la tercera idea, tal como es formulada en el libro, se ajuste a la realidad.
Esta discrepancia podría solucionarse si reformulamos la tercera idea de esta manera.
· El aprendizaje de la música eleva la capacidad del niño de ser exitoso en la sociedad
La enseñanza de la música, en cuanto promueve la disciplina y la apreciación del esfuerzo, puede efectivamente elevar significativamente la capacidad del niño de triunfar en la sociedad. Sin embargo es necesario señalar que esta no es una cualidad exclusiva de la música, sino que es compartida con las demás artes y con el deporte, e inclusive puede ser extendida a otras actividades. Creo que es importante mencionar esto porque si bien todos los niños pueden aprender música, esto no significa que todos deban hacerlo. Seguramente hay niños que se beneficiarían mucho de hacer experiencias similares a la experiencia Suzuki en otras áreas de la actividad humana, como pueden ser por ejemplo la actuación, la pintura, la danza y el deporte.
En conclusión quiero decir que considero que el doctor Shinichi Suzuki hizo un importante aporte a la sociedad con la invención de su método de Educación del Talento, y es tarea de aquellos que tenemos la suerte de conocer el método el trabajar para que aquel produzca los mayores beneficios. Es mucho lo que se puede trabajar al respecto, por ejemplo creo que sería interesante investigar la aplicación de las ideas centrales del método Suzuki a la enseñanza de otras artes y disciplinas. Hay otra ruta de investigación en la rama de la composición musical, tanto en la elaboración de un método de composición basado en los principios descubiertos por el Dr. Suzuki como en el enseñar a componer a alumnos avanzados del método Suzuki e investigar en qué medida su respuesta es distinta a la de alumnos educados con el método tradicional. Y por supuesto, también hay que continuar el trabajo de la actualización constante de los profesores Suzuki. Quizás esta es la tarea más importante, pues son los profesores de una mayor capacidad los que podrán obtener los mejores resultados del método, y de esta manera se podrá conseguir los mayores beneficios para nuestra sociedad.
8 comentarios:
Casi, casi, como hacerse millonario en 7 dias, el único beneficiado...el autor.
El "Famoso" metodo Susuki funciona en la medida que se articulen una serie de elementos y sólo en condiciones muy controladas de estos elementos, pretender implementar acciones en otras condiciones es simple y sencillamente una estafa, desafortunadamente cuando se es padre se pierde la perspectiva y todo lo que hace el niño es considerado un gran logro, distorsionado asi la real naturaleza de la formacion artistica y percepción estética
Efectivamente,
por otro lado no hay investigaciones que sustenten los supuestos beneficios-sin pretender ser positivista-algunos resultados concretos de investigaciones serias vendrian bien.
Tengo que discrepar con el primer comentario. He sido testigo de que el método, cuando es aplicado "correctamente", funciona muy bien. "Correctamente" no implica una "serie de elementos y condiciones muy controladas", sólamente implica que los padres asistan a las clases y pongan los discos en casa. Y por supuesto, un buen profesor.
Gracias por los comentarios.
Ninguna invención.Desde siempre el aprendizaje se ha realizado en ámbitos que permiten una interacción maestro alumno-alumno recordemos lo mas cercano el renacimiento y la trasmisión del conocimiento y mas atrás los griegos
"mètodo Susuki" un engaño para padres ingenuos
"...sólamente implica que los padres asistan a las clases y pongan los discos en casa. Y por supuesto, un buen profesor"
ABSOLUTAMENTE CONDICIONES BIEN CONTROLADAS
sino se cumplen esas condiciones...ups...
Me parece muy interesante tu trabajo acerca del método, en especial las distinciones en el tercer postulado. Creo en todo caso, que hay otra posible forma de entender este precepto, tomando en cuenta el contexto del propio Suzuki.
Me parece que él apuntaba más al potencial que la música (enseñada en forma cariñosa y respetando los ritmos de cada niño o niña) puede suponer para el desarrollo de ciertas habilidades, como aprender a escuchar al otro (y a sí mismo), el trabajo en equipo, la disciplina como una actitud interna más que como una imposición, la valoración del trabajo de los demás, desarrollo de capacidades de lenguaje, motricidad fina, desarrollo de ciertas habilidades tempo espaciales y de razonamiento lógico matemático, etc.
En definitiva, estos elementos podrían colaborar con un desarrollo espiritual, pero por supuesto esto no es una relación causal A --> B y dependería sobre todo de que el profesor tenga en cuenta y sea explícito en estas áreas.
Con respectoa definiciones de espiritualidad, Maturana y Zohar & Marshall han avanzado en una línea que me parece interesante y que deja al alcance de la comprensión simple estos fenómenos. Te recomiendo echarle una mirada.
Y claro, por supuesto siempre que se habla de un método, sea este cual sea, se está hablando de cierto control en las condiciones. Me parece absurdo pretender que un método cualquiera pretenda abstraerse de ello: en ese caso no hay método, simplemente azar.
Pablo Torrealba
http://www.saxofon.cl/blog
Me parece excesivamente ignorante e irresponsable enlazar la palabra 'estafa' al Método Suzuki, como hace algun comentarista por aqui.
Las condiciones no son nada del otro mundo, solo ser medianamente responsables como padres como para asistir a clases y dar ánimos a nuestros hijos, sin necesidad de obligarlos o amenazarlos.
Por otro lado, para el que dijo "no hay investigaciones que sustenten los supuestos beneficios" le recomiendo que lea
http://brain.oxfordjournals.org/cgi/reprint/awl247v1.pdf
Si eso no es una investigacion suficientemente seria, no se que pide....y eso que antes ya hubieron investigaciones, ademas, eso se ve A SIMPLE VISTA, los niños musicales, como son de amorosos o despiertos, y no me van a decir que los deportes proveen estimulos intelectuales siquiera cercanos....
Los comentarios de anonimo me parecen tan superfluos. Creo que cuando uno no conoce algo a fondo deberia auto determinarse poco apto para opinar. Lo mas importante del metodo Suzuki, es que la ciencia a probado las cosas que planteo este señor frente a la capacidad latente en todos los seres humanos. Es que parte de la dificultad de nuestra cultura es la pereza.
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